El truco de un profesor de autoescuela para acabar con el calor del coche en segundos
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Durante los meses de verano, uno de los grandes retos para cualquier conductor es entrar a un coche que ha estado aparcado al sol durante horas. La sensación de asfixia y ese aire caliente que parece pegarse a la piel pueden resultar no sólo incómodos, sino peligrosos. Conducir con temperaturas elevadas reduce la capacidad de reacción, aumenta el estrés al volante y puede provocar mareos o fatiga. Por eso, es fundamental encontrar formas efectivas de acabar con el calor del coche, como este truco que comparte un profesor de autoescuela.
Muchos recurren directamente al aire acondicionado en cuanto entran al coche, pero esto puede ser poco eficiente y hasta perjudicial si el aire caliente acumulado no se elimina primero. Este método no sólo enfría el coche rápidamente, sino que también mejora la calidad del aire. Lo sorprendente es que sólo requiere unos segundos y un par de pasos muy sencillos de aplicar.
El truco definitivo para acabar con el calor del coche
Aunque pueda parecer contradictorio, encender el aire acondicionado y bajar las ventanillas al mismo tiempo es precisamente lo que permite que el calor acumulado salga del habitáculo más rápido. Según Mikel, profesor de una autoescuela en Bilbao, lo primero que hay que hacer es encender el aire acondicionado al máximo en el momento en que arrancamos el coche. Justo después, se deben bajar todas las ventanillas.
Esto ayuda a que el sistema de climatización no tenga que trabajar desde cero contra una masa de aire caliente atrapada dentro del coche. Al permitir la circulación de aire, se acelera el proceso de renovación, expulsando el calor y haciendo que el aire fresco se distribuya mejor. Asimismo, se eliminan posibles gases nocivos que pueden haberse acumulado por la reacción del calor extremo con los materiales plásticos del interior del vehículo.
El consejo es mantener el coche así durante aproximadamente un minuto o un minuto y medio. No hace falta conducir todavía, basta con dejar que el aire fluya. Una vez transcurrido este tiempo, se pueden subir las ventanillas y continuar el trayecto con una temperatura mucho más agradable. Además, este truco tiene la ventaja de reducir el tiempo que el aire acondicionado necesita para enfriar el coche, lo que también representa un ahorro energético.
Aunque no lo parezca, el calor en el coche puede comprometer nuestra seguridad. Según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), cuando se conduce con temperaturas interiores superiores a los 25 grados, se reduce la concentración y aumentan los errores al volante. A esto se suma una disminución notable en el tiempo de reacción, lo que incrementa el riesgo de sufrir un accidente.
«El calor excesivo hace mella sobre el conductor: aumenta la fatiga y disminuye los reflejos, de forma que tarda más tiempo en reaccionar y se cometen más errores. Según algunos estudios, con altas temperaturas, el riesgo de accidente aumenta hasta un 20%. Además, con calor vemos peor. Cuando conducimos con 35ºC dejamos de ver entre el 10% y el 20% de la señales de tráfico. Asimismo, el calor excesivo puede aumentar también la agresividad y el nerviosismo al volante», advierte la DGT.
Por este motivo, mantener una temperatura adecuada dentro del vehículo debería ser una prioridad para todos. No basta con confiar en el aire acondicionado como solución mágica; conocer técnicas eficaces para expulsar el calor acumulado puede marcar la diferencia entre un trayecto incómodo y uno seguro.
Consejos adicionales
Además del truco del aire acondicionado con las ventanillas abiertas para acabar con el calor en el coche, hay otras medidas que se pueden tomar para evitar que se convierta en un horno. Por ejemplo, usar parasoles en el parabrisas y las ventanas laterales puede reducir significativamente la temperatura interior. También es útil aparcar a la sombra siempre que sea posible o utilizar fundas para los asientos y el volante, que absorben menos calor.
Otro consejo práctico es ventilar el coche antes de entrar. Esto se puede hacer abriendo y cerrando una puerta varias veces mientras la otra permanece abierta, lo que crea un efecto de succión que ayuda a expulsar el aire caliente rápidamente. Esta técnica es muy eficaz y también puede aplicarse justo antes de poner en marcha el aire acondicionado, potenciando aún más el resultado del truco del profesor.
En definitiva, lo que propone este profesor no es un truco milagroso: es sentido común bien aplicado. Unos segundos de preparación antes de empezar el trayecto pueden marcar una gran diferencia.
La próxima vez que abras la puerta del coche y te reciba una bocanada de aire caliente, recuerda éste sencillo gesto: aire acondicionado encendido, ventanillas bajadas y esperar un minuto. Es un hábito que merece la pena adoptar, especialmente en los días más calurosos del verano. Aunque sea un pequeño detalle, puede hacer que cada trayecto sea mucho más cómodo, eficiente y seguro.